Ya tenemos las navidades a la vuelta de la esquina. El año pasado presentamos 10 tradiciones de Navidad curiosas, conque este año nuestras santas han dado la vuelta al mundo para traernos distintas formas de celebrar la Nochevieja. Una panoplia de trucos para atraer la buena suerte o ver tus sueños cumplidos. Venga, abre tu sesión de Spotify, ponte nuestra lista de canciones de Navidad, concédete cinco minutos de asueto y a curiosear.
De entre las varias tradiciones que podemos encontrar destacamos que es la noche en la que Ded Moroz (el homólogo ruso de Papá Noel) pasa por las casas dejando regalos. Antiguamente se la conocía como «la noche generosa» porque se servían cenas opíparas. Así se conjuraba prosperidad para el nuevo año. Hoy sigue siendo así. ¡Ah! y la mandarina es el postre típico de este día. En cuanto a ritos curiosos: a medianoche hay que escribir un deseo en un papel, quemarlo, echar las cenizas en una copa de champán y bebérsela al momento.
Los filipinos lo tienen claro: para tener buena fortuna en el año siguiente hay que vestir prendas de topos y lunares (por aquello de que son redondos), llevar algunas monedas en los bolsillos e incluso servir frutas redondas. También comparten la misma tradición que pasamos a comentar de Nueva Zelanda y que es popular en los países de la zona. Allá vamos.
Pues sí, por aquellos lares, mientras en las grandes ciudades disfrutan de fuegos artificiales, como en muchos otros países de la angloesfera, en los pueblos más modestos salen a la calle con cucharones y tapas (en plan cacerolada) para, con gran estruendo, ahuyentar los malos espíritus.
Seguimos con el menaje de cocina, pero pasamos del metal a materiales más frágiles. La cosa es romper platos, tazas y lozas varias en la puerta de amigos y vecinos como muestra de afecto. Parece que no, pero aquí se juntan tres aspectos positivos: podemos hacer limpieza de piezas desportilladas y melladas, desahogar la mala leche acumulada con tanta reunión familiar y, por último, demostrar nuestro cariño, pues se entiende que quien acabe con más destrozo en su puerta más querido es.
La Nochevieja no es nada sin ruido, está visto. En Japón no rompen ni aporrean enseres, pero se purifican. El Joya no Kane es un rito que se hace en los templos budistas: a medianoche suenan 107 campanadas para purificarse de los deseos materiales y mundanos y una última campanada por la prosperidad del año que entra. Y que no se diga, uno se acerca a un templo y después brinda con amazake, un licor que se sirve caliente. ¡Kampai!
Parece coña, pero no. Esta tradición de Nochevieja llamada Bleigiessen consiste en quemar un trocito de plomo en una cucharita, verter el líquido en agua, e interpretar el resultado en función de la forma que adopte el metal. Algo parecido a la lectura de los posos del café. Se trata de una práctica milenaria que hoy en día se hace más por diversión que por otra cosa. Incluso se venden kits de Bleigiessen. Por fortuna, en los kits para niños la cera sustituye al plomo.
En Brasil es verano en Nochevieja. Así que la tradición marca vestirse de blanco -símbolo de paz- y, si tienes una playa cerca (la más famosa es la de Copacabana, que se pone hasta los topes), meterse en el mar a medianoche y saltar siete olas. Esta tradición practicada por creyentes y ateos tiene orígenes africanos. Como la ofrenda a la diosa Yemayá: se lanzan al mar gladiolos y otras flores. Incluso hay quien lo hace nadando mar adentro para asegurarse de que la ofrenda llega. En cambio, en el norte del país es tradición tomar un baño de hierbas aromáticas.
En fin, los que nos quedamos por aquí siempre podemos correr la San Silvestre. O comernos las doce uvas en casa tan ricamente. Eso sí, a los supersticiosos les recomendamos llevar ropa interior roja.
¡Ampersand os desea felices fiestas y un próspero año nuevo!