Lo primero que quieren saber los clientes al encargar una traducción, además de qué coste tendrá, es qué día estará terminada. Como te contamos en la entrada sobre traducción de proyectos de gran volumen, no existe ninguna fórmula mágica para calcular los plazos de traducción con exactitud.
Si ya nos has encargado traducciones alguna vez, quizás te haya sorprendido recibir algunos trabajos el día y a la hora que constaba en el presupuesto y otras veces bastante antes. Ahora te explicaremos de forma resumida qué tienen en cuenta las gestoras de proyectos de Ampersand para calcular el plazo de entrega de tus encargos.
En primer lugar, es importante el formato del texto que hay que traducir. Si se trata de un archivo en formato no editable o impreso en papel, el plazo se alarga. Y es que tendremos que traducirlo manualmente o bien convertirlo a un formato apto para las herramientas TAO.
En cambio, si el archivo está en formato electrónico editable, podremos procesarlo con las herramientas TAO. Estas herramientas tienen múltiples funciones que agilizan el trabajo: permiten consultar terminología y traducciones anteriores, aprovechar la posible repetición interna del texto e incluso anteriores traducciones parecidas o iguales. Si la repetición o las coincidencias con trabajos anteriores son considerables, el plazo puede acortarse. Puedes leer más sobre los formatos idóneos para la traducción aquí.
Paralelamente también hay que considerar el ámbito del documento. Por un lado, tenemos los textos especializados (técnicos, jurídicos, médicos, etc.). Aunque siempre se ocupen de ellos traductores especializados expertos, implican más trabajo de documentación e investigación. Como ejemplo, tenemos las patentes: a veces son innovaciones tan recientes que es muy complicado encontrar información sobre el tema. Por otro lado, tenemos textos no especializados como la publicidad, con un importante componente de creatividad: esto también aumenta los plazos de traducción.
Las características de cada idioma hacen que aumente o disminuya el número de palabras que un traductor puede asumir al día. Por ejemplo, si tenemos un texto en alemán de 10.000 palabras, hay que tener en cuenta que muchas pueden ser palabras compuestas y que, en realidad, nuestro texto será bastante más largo.
También se debe considerar cuál es la combinación lingüística del trabajo. Y es que en las combinaciones poco habituales para las que no hay mucha disponibilidad de traductores hay que ajustarse a la disponibilidad del traductor. Y puede tener una cola de trabajo bastante larga que atrase el plazo de entrega.
Sí, y es algo que a menudo olvidamos: el trabajo de gestión de proyectos. Hacer el presupuesto, calcular el plazo, preparar los archivos con el programa de TAO, contactar con los traductores para saber quién puede encargarse del trabajo… Todo lo que hacemos además de la traducción tratamos de hacerlo rápido, pero como no siempre sale todo rodado, tenemos que dejar algo de margen para posible imprevistos. Así, si hay alguna urgencia, también será más fácil gestionarla.
En estos casos, analizaremos exactamente de qué se trata para ver qué opciones hay. Normalmente, si se trata de textos de una extensión considerable, pueden dividirse entre más de un traductor. Sin embargo, hay que hacer algunas tareas de gestión extra que implican un coste. El resultado tampoco tendrá la misma calidad y uniformidad que si traduce el texto una sola persona. Por esto, siempre te pedimos que tengas algo de previsión para encargar las traducciones.
En cualquier caso, si tienes una traducción (ya sea urgente o no), ponte en contacto con nosotros. Después de calcular el plazo de la traducción, te mandaremos un presupuesto con el plazo necesario o bien te diremos qué podemos hacer para adaptarnos a tus necesidades.
Imagen destacada: Chuk Yong en Pixabay.