Hoy, 8 de marzo, celebramos el Día Internacional de la Mujer para reivindicar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, especialmente en el ámbito laboral. En el mundo de la traducción las mujeres somos mayoría. Para comprobarlo, basta echar un vistazo al alumnado de las facultades de Traducción e Interpretación. Así, pues, hoy no necesitamos reivindicar una mayor presencia de las mujeres en nuestro sector, aunque la feminización de la profesión también es un indicador de desigualdad.
De todas formas, existe un ámbito en el que creemos que el trabajo de las traductoras debería ser más reconocido: la traducción literaria. Cada vez vemos más nombres de mujeres como traductoras de libros, pero su labor no tiene la repercusión que cabría esperar.
A pesar de que los traductores no somos muy visibles, cuando se trata de recibir reconocimientos por la tarea realizada los hombres siempre destacan: si observamos la lista de galardonados con los Premios Nacionales de Traducción que concede el Ministerio de Educación y Cultura desde 1989, en la categoría de mejor traducción solo encontramos a 10 mujeres, mientras que aparecen 35 hombres, y en cuanto al premio a la obra de un traductor, solo lo han recibido 5 mujeres (sobre un total de 27 premiados).
Ante estos datos nos planteamos muchos interrogantes: ¿Por qué las traducciones realizadas por mujeres no son suficientemente buenas para ser premiadas? ¿Las traductoras llevan a cabo un trabajo correcto, pero los traductores realizan un trabajo excelente que sí que es digno de premio? ¿Realmente hay muchos más traductores literarios que traductoras? ¿O quizás todo es culpa de San Jerónimo, que se llevó el mérito de traducir la Biblia mientras sus colaboradoras quedaron en el anonimato? ¿La literatura y, sobre todo, los premios solo son cosa de hombres, como afirmaba el Informe del Observatorio Cultural de Género?
Sea como sea, esperamos que la igualdad entre hombres y mujeres avance en todos los aspectos de la vida y que cada vez veamos a más mujeres en el mundo de la literatura: autoras, traductoras y, naturalmente, ganadoras de premios de traducción.