La lengua es un órgano vivo que incorpora palabras nuevas constantemente para adaptarse a las necesidades comunicativas que surgen a raíz de la aparición de nuevos conceptos.
Un recurso lingüístico habitual para la formación de nuevos vocablos es el paso de nombres propios a nombres comunes (derivación impropia o transcategorización). En algunos casos, los nombres propios que se integran en la lengua y se convierten en nombres comunes pueden ser marcas comerciales.
A menudo los nombres de marcas comerciales se popularizan en la lengua general para designar a un objeto determinado de forma genérica (por una relación de metonimia) y no es extraño incluso oírlos en los medios de comunicación. Sin embargo, los diccionarios suelen tardar en registrarlos por varios motivos, como para asegurar que no se trata de usos efímeros, por las reservas legales de algunas empresas y por no discriminar a otras marcas que pueden hacer referencia al mismo concepto.
En general, pues, es preferible emplear designaciones descriptivas o denominaciones tradicionales, si las hay, antes que marcas comerciales.
No obstante, en algunos casos la extensión del uso, la documentación existente y la internacionalización de la palabra, entre otros criterios, pueden hacer aconsejable la aprobación de algunas de estas denominaciones.
En algunos casos, la marca comercial se ha integrado en la lengua y ha pasado a ser un nombre común, por lo que se tendrá que escribir con minúscula.
Sin embargo, no todos los diccionarios recogen las mismas palabras procedentes de marcas comerciales. A continuación te mostramos una comparativa a modo de ejemplo sobre el tratamiento de algunas palabras procedentes de marcas comerciales en algunos diccionarios y recursos en línea: el Diccionario de la lengua española de la RAE, diccionario normativo de referencia de la lengua española; el Diccionario del español actual de Manuel Seco (consulta en papel); el Diccionario Clave y la página Fundéu, la Fundación del español urgente.
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En definitiva, antes de optar por el nombre de una marca comercial, sería conveniente averiguar en qué fuentes encontramos documentado su uso y también tener en cuenta la naturaleza del texto donde queremos incorporarlo.