En esta nueva entrada sobre recomendaciones lingüísticas nos ocuparemos de la distinción, a menudo poco respetada, entre dos verbos de uso muy frecuente en español: ¿oír o escuchar? «Habla más alto que no te escucho/oigo».
Por supuesto, ambos verbos son correctos pero tienen matices de significado diferentes, por lo que no deberían ser intercambiables en todos los contextos. Estas son las definiciones que recoge el Diccionario de la lengua española de la RAE:
escuchar 1. tr. Prestar atención a lo que se oye. «¿Me escuchas cuando te hablo?»
3. intr. Aplicar el oído para oír algo. «Escucha, ya están aquí.»
oír 1. tr. Percibir con el oído los sonidos. «Oí un trueno.»
De estas definiciones se desprende que la acción de escuchar es voluntaria e implica intencionalidad por parte del sujeto, a diferencia de oír, que solo implica la percepción del sonido sin hacer hincapié en la intencionalidad.
Sin embargo, una de las acepciones de oír que recoge la RAE nos indica que este verbo tiene un significado más general que escuchar y puede usarse en lugar de este, algo que ocurría ya en el español clásico y sigue ocurriendo hoy, con palabras derivadas y giros como oyente, derecho a ser oído, audiencia…
oír 4. tr. Asistir a la explicación que el maestro hace de una facultad para aprenderla. Oyó teología. Oyó al catedrático.
Según el DPD, el uso de escuchar en lugar de oír es menos justificable cuando se refiere simplemente a la acción de percibir un sonido sin intencionalidad por parte del sujeto. No obstante, se trata de un uso que también existe desde época clásica y sigue vigente hoy, especialmente entre autores americanos, por lo que no se debería censurar.
Por lo contrario, otras fuentes consideran que hoy en día se hace un empleo abusivo de escuchar en vez de oír y que esto supone someter a la lengua a un uso impreciso, que no es lícito ni loable, puesto que no aporta variedad ni belleza al lenguaje y va en detrimento de la claridad de la información.
Según esto, en ejemplos como los siguientes, sería preferible el uso de oír:
«¿Se me escucha bien?» > «¿Se me oye bien?»
«La cinta estaba estropeada y no se escuchaba la grabación.» > «La cinta estaba estropeada y no se oía la grabación.»