Los proyectos de traducción de gran volumen son un reto, tanto para los traductores como para los gestores. A nosotros nos gusta enfrentarnos a este tipo de retos, pero para que no sean un obstáculo insalvable te explicaremos qué sistema de trabajo seguimos.
Sin embargo, antes de empezar debemos aclarar un punto: ¿qué entendemos por gran volumen? Como siempre, todo es relativo. 5.000 palabras pueden parecerle mucho a quien suele trabajar con textos breves de media página, pero para quien trabaje con libros son una miseria. Para sistematizar un poco el trabajo, nosotros nos referimos a algo más extenso: de 20.000 palabras en adelante. A partir de esta cifra te ofrecemos descuento por volumen.
El primer paso para empezar el trabajo es ver cuál es la extensión exacta de los proyectos de traducción de gran volumen, de forma que sepamos cuánto tiempo se necesita para poder traducirlo. Esta información te la facilitamos siempre con el presupuesto del trabajo.
No existe una fórmula exacta para saber el plazo, sino que a partir de un estándar básico de palabras/día aumentamos o reducimos el tiempo necesario según el tipo de archivo, el ámbito y el grado de especialización del texto. Si el resultado que obtenemos se ajusta a tus necesidades, el traductor puede empezar el trabajo. Si te urge tener el texto antes, deberá dividirse el proyecto entre varias personas.
Antes que nada, debemos avisar de una cosa: para traducir cualquier tipo de proyecto, lo más recomendable es que se ocupe de ello un solo traductor. A pesar de ello, sabemos que cuando se trata de proyectos de traducción de gran volumen no siempre se dispone de tiempo suficiente para que pueda hacerlo una sola persona, ya que son trabajos que pueden prolongarse durante semanas o meses. También tenemos que advertir de que la calidad del texto en cuando a uniformidad y estilo puede verse afectada: no obstante, sabemos que a veces es más importante llegar a un plazo concreto.
Si tu proyecto está formado por múltiples archivos (aunque estén relacionados), repartimos los archivos entre los distintos traductores y listo. Si se trata de un solo archivo, calcularemos cuántas páginas deben asignarse a cada persona para ajustarnos al plazo. Una ayuda de la que disponemos para la división es el programa de traducción asistida por ordenador (TAO) que utilizamos normalmente, ya que la función de división nos ayuda a calcular qué parte se asigna a cada traductor.
En Ampersand trabajamos tanto con nuestro equipo interno de traductores como con colaboradores externos. Esto también se aplica a los proyectos de traducción de gran volumen. Para coordinar el trabajo de todas estas personas, resulta crucial la tarea del gestor de proyectos.
Además de preparar la porción de trabajo que se asignará a cada persona y de buscar los traductores más adecuados al proyecto, el gestor de proyectos es el nexo de comunicación entre traductores internos y externos y entre estos y el cliente. Es una figura clave para conseguir que se trate de un trabajo de equipo en lugar de un collage de distintas cosas. También aprovechamos las funciones de las herramientas TAO, que, gracias al uso de memorias de traducción, permiten compartir el trabajo de todos los traductores implicados.
Como hemos dicho más arriba, los proyectos de traducción de gran volumen en los que trabajan distintas personas pueden tener problemas de uniformidad. Para minimizarlo en la medida de lo posible, en Ampersand contamos con manuales de estilo propios para las lenguas más habituales que facilitamos a nuestros traductores. Así nos aseguramos de que determinados criterios se aplican de forma constante. Para los proyectos de traducción de gran volumen, también facilitamos algunas indicaciones específicas para el texto en cuestión.
Por otro lado, es importante utilizar una terminología uniforme. Por ejemplo, si para traducir file un traductor opta por archivo y otro por fichero, el lector podría pensar que se trata de dos cosas distintas. Si nos has facilitado un glosario terminológico, todos los traductores lo utilizarán. Si no, crearemos un glosario a medida que se traduzca el texto que, gracias al programa de TAO, todos los traductores tendrán siempre actualizado.
Una vez traducidas todas las partes del proyecto, un revisor se encarga de hacer la unificación final. Esta persona puede ser uno de los traductores que ha participado en el proyecto o bien un tercero. Otra vez, gracias a las herramientas TAO, podemos hacer un control de calidad rápido (por ejemplo, de la uniformidad de la terminología, errores con cifras o con signos de puntuación). De forma paralela, dependiendo de la amplitud del plazo, el revisor puede ir más a fondo y realizar cambios de estilo para homogeneizar el texto.
En conclusión, si necesitas traducir documentación muy extensa en un plazo ajustado, ponte en contacto con nosotros y te haremos un presupuesto y analizaremos de qué opciones dispones para que la traducción sea profesional y tenga la máxima calidad.
Imagen destacada: Henryk Niestrój. Demás: OpenClipart-Vectors; Shutterstock.