Las tiendas virtuales pueden ser muy sencillas o incluir un gran número de recursos. En todo caso, una cosa está clara: si quieres llegar a clientes que hablan otros idiomas, tienes que traducir tu tienda. También está claro que no es lo mismo traducir tiendas en línea de artesanos que las de monstruos del comercio electrónico como Decathlon, Ikea o Amazon.
La opción de entrar en tu web y hacer tú mismo la traducción es muy atractiva, y puede funcionar si tienes los conocimientos lingüísticos suficientes y si la tienda no es muy grande. No obstante, te ahorrarás tiempo y dinero si confías este encargo a expertos en traducción como nosotros.
Todo. Hay que traducir la interfaz, los contenidos fijos, los mensajes publicitarios, las opciones y las variables de los productos, las descripciones de cada referencia, las URL… y así hasta el final. En resumen: hay que traducir todo lo que aparece en pantalla y las etiquetas o las palabras clave que no se ven. Y todo esto teniendo en cuenta el SEO de cada idioma, ya que además de vender en línea queremos que nuestra web se posicione correctamente.
La mayoría de las tiendas en línea se crean utilizando plataformas que incorporan herramientas que facilitan las tareas más habituales. Algunos de los sistemas más conocidos son Shopify, Magento, Prestashop o WooCommerce.
Muchas incluyen un plugin o extensión que permite realizar la traducción, pero… ¿es práctico traducir desde dentro del sistema de la tienda? ¿Qué pasa cuando queremos añadir o modificar productos y vemos que la descripción sigue un modelo estándar? ¿Y si queremos que se mantenga la terminología?
Hay varias formas de enfocar la traducción de comercio electrónico. Seguramente hay tantas como proyectos hay en el mundo, pero aquí tienes las más habituales:
Como decíamos más arriba, las plataformas de comercio electrónico suelen incorporar un módulo para realizar la traducción de los contenidos necesarios. Esto puede ser práctico para tiendas con pocas referencias, pero a medida que el número de productos se incrementa hay que contar con herramientas que permitan utilizar el mismo vocabulario en toda la web. Por otro lado, no está claro que los citados módulos lleven el corrector ortográfico necesario (créenos: ¡esta herramienta es imprescindible!).
Otro sistema consiste en traducir el contenido antes de colgarlo en la tienda virtual. En este caso, tienes que proporcionar a tu proveedor de traducciones archivos Word, Excel o de cualquier otro formato editable. De este modo, la traducción se puede hacer con herramientas de traducción asistida, que facilitan mucho el proceso y consiguen ahorro en tiempo y dinero. Sin embargo, con este sistema tendrás que maquetar el contenido tantas veces como idiomas tenga la web.
Finalmente, existe una opción que suele contentar a todos: utilizar plugins que permiten exportar el contenido de tu web para traducirlo con herramientas de traducción asistida y luego reimportar el resultado. De esta forma, el proceso se simplifica bastante y se reducen las horas de trabajo.
Para resumir, podemos decir que tienes dos ventajas principales:
Si necesitas traducir una tienda en línea, ponte en contacto con nosotros y explícanos cómo es tu proyecto para que podamos determinar cuál es el método más adecuado para tu caso. Escríbenos o llámanos y te prepararemos un presupuesto a medida y sin compromiso.
Foto destacada de Clark Street Mercantile.